SEMILLAS DE CALABAZA: tesoro divino

Son alimentos utilizados desde la antigüedad tanto por sus propiedades medicinales como por las alimentarias. Y no es por menos, las semillas de calabaza aportan sustancias de especial valor nutricional.

Se caracterizan por su color verdoso debido al contenido en clorofila. En el mercado se pueden encontrar con cáscara o sin ella; crudas o tostadas.

                     

Propiedades y beneficios:

  • Contienen triptófano, un aminoácido que equilibra el sistema nervioso: estado emocional y sueño.
  • Ricas en zinc y magnesio.
  • Aportan antioxidantes para la piel como el b-carotè y la vitamina E, que le dan firmeza e hidratación.
  • Contienen mucha fibra (7%). Proporcionando una sensación de saciedad y ayuda a no machacar entre horas.
  • Destaca por su contenido en vitaminas del grupo B (excepto la B12).
  • Fuente importante de grasas poliinsaturadas saludables (omega 3 y omega 6).
  • Destaca también por un importante aporte en proteínas (30%).

¿Cómo las puedo introducir a la dieta?

Te recomendamos que introduzcas estas semillas en tu dieta diaria; son muy versátiles y puedes preparar infinidades de platos y recetas con ellas.
1.- Introdúcelas en tus ensaladas para darle un toque crujiente y a la vez saciante.


2.- Prepara salsas y patés. Como esta suculento salsa pesto de brécol y semillas de calabaza, llena de sabor y de textura.

Conservación

  • La conservación de las semillas oleaginosas (ricas en grasas), al igual que los frutos secos, es de especial interés. Al tener gran parte de grasas poliinsaturadas, están expuestas al enranciamiento. Esto produce un gusto agrio peculiar.
  • Por tanto, es importante que las conserves en botes herméticos y que no estén expuestas a la luz solar ni a temperaturas muy elevadas. Idealmente, sería depositarlas en un frasco de vidrio y guardarlas en un lugar seco y oscuro.